Ya que en estos tiempos muchas circunstancias confluyen en las múltiples situaciones que afrontamos cada día, siempre es bueno tener un “plan B” para todo. Por ejemplo, si no consigo ese trabajo o esa beca entonces hago esto otro; o, si ella me dice que no, me consigo otra; o si me niegan ese préstamos, voy a otro banco. Muchas veces ese plan B puede salvarnos de más de un problema. Planear, programar, todo eso es bueno, aunque para ser honesto yo no soy muy bueno planeando y programando. Últimamente he oído que algunos tienen otro plan B o incluso C, D y E si Dios no hace lo que queremos que haga. Entonces, si Dios no me funciona, pues entonces pruebo con brujería, ateísmo, charlas y prácticas de superación personal sin el elemento Divino; budismo, cienciología, y si no siento que Dios me ama, pues me dedico al sexo, y/o al homosexualismo; o all muy famoso movimiento del “meimportaculismo”. Bueno, pues déjenme decirles que para Dios todos somos su plan A. Así como creó cada estrella