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Mostrando las entradas de mayo, 2011

Una mente abierta…

Un buen amigo mío me dijo que debía tener una “mente abierta” en lo que escribía y que referirme a otras religiones y prácticas espirituales y religiosas como “cosas” no era bueno, que era “petulante”. Realmente aprecio el comentario y la verdad es que estuve a punto de cambiar el texto. Pero después de un buen rato pensando me di cuenta de que (de nuevo está bien usado el “de que” porque si lo convertimos en pregunta sería: ¿de qué me di cuenta?) a pesar de saber que la mejor forma de tocar el corazón de alguien es a través del amor y que Dios quiere que amemos a todos, especialmente a quienes no tienen a Jesús, eso no significa que no podemos ser firmes en nuestras convicciones. Por ejemplo, en los Estados Unidos si yo digo que ser homosexual o drogadicto es malo porque no es lo que Dios quiere, me catalogarían como discriminador, excluyente, etc. Pero si un homosexual o un drogadicto dice que ser cristiano es malo, no pasa nada. La libertad de expresión se ha visto coartada porque t

El cuerpo de Cristo sigue creciendo!!!

Hoy en un periódico colombiano salió la noticia de que (y de nuevo está bien usado el “de que”) hay mayor variedad de religiones ahora en Colombia y que las iglesias cristianas están creciendo. También que el budismo y otras cosas también están creciendo y una de las visiones que presenta el artículo ( http://www.eltiempo.com/vida-de-hoy/educacion/religion-en-colombia_9419104-4 ) es la de una antropóloga que de pronto es alguien que conozco desde hace años y pusieron mal el nombre. Varias razones fueron expuestas tratando de explicar el porqué de la búsqueda de Dios (o de otras cosas que no vale la pena mencionar) y yo me reí mucho porque la verdad es que la razón es que no podemos solos. El que cree que puede tenerlo todo sin Dios está muy equivocado. (Igual hay que amarlos a todos, aunque eso no significa aceptar todo como correcto). Pa’ no extenderme mucho, lo único que quiero decir es que sea cual sea la razón para encontrar a Dios, no importa, porque quien en verdad crea en Él ve

No hay conexión…

En estos tiempos donde esperar 10 segundos para que internet nos   conecte con el mundo parece una eternidad, es difícil ser paciente para todo. Y si nos cae la conexión, es como si se nos cayera el mundo. No tener conexión es una de esas cosas que no queremos experimentar. Soy tan adicto a la tecnología que no sé qué haría sin facebook, email (los únicos dos que tengo), las noticias en formato digital, los libros en PDF, el iPhone, la computadora portátil y la netbook que tuve que comprar.   Esta semana estamos cambiando nuestra conexión a internet que compartimos con unos vecinos pa’ que salga más baratico. La red inalámbrica se llama “Espíritu Santo” pero la nueva persona que tendrá los “aparatejos” que harán posible que nos conectemos, no cree en Dios; así que pidió sugerencias de nombres ya que no va a “conectarse con el Espíritu Santo cada vez que se conecte al internet”. Eso me puso a pensar… A veces estoy tan conectado al internet que no me “conecto” con Dios a través del Espír

Es que no tengo tiempo...

Mientras pensaba en que iba a escribir esta vez, me di cuenta de que (y está bien usado el “de que”) no he tenido tiempo para nada… Entre ensayos, calificar ensayos de otros, calificar exámenes, preparar presentaciones, pasar un rato con Erica & Lucas, ver algo de series de televisión en internet, ver los partidos de mi Once Caldas del alma, jugar bobadas en mi teléfono, leer noticias por horas todos los días, revisar facebook y mis dos cuentas de correo electrónica 30.000 veces al día, no tengo tiempo para nada… Anoche me acorde de Dios a las 3:17 am, porque no me podía dormir. Entonces, haciendo un recuento de esta historia, resulta que tengo tiempo pa’ todo menos para darle un ratico a quien me creó; a quién en un acto de amor me mandó a su Hijo Jesús a sufrir por mis faltas, porque no eran las suyas, sino las mías, las que cometo cada día… No estoy diciendo que tenemos que dejar de vivir la vida que Él mismo nos dio, ni que otras cosas no son importantes, pero a ver… primero el

La astilla en el ojo ajeno…

Es muy chistoso como nos juzgamos entre nosotros los cristianos. Y si juzgamos a los otros cristianos, ¿qué no haremos con los que no creen en Jesús? Seguro que justo en este punto, ya me estarán juzgando algunos por decir esto jajajaja -          “¿Y quién se cree para decir estas cosas, Jesús?” El problema no es tanto el juzgar, aunque no es bueno y la Biblia nos dice que no lo hagamos. Juan 7:24 “No juzguen ustedes por las apariencias. Cuando juzguen, háganlo con rectitud.” Y el muy famoso Mateo 7: 1- 3 "No juzguen a otros, para que Dios no los juzgue a ustedes. Pues Dios los juzgará a ustedes de la misma manera que ustedes juzguen a otros; y con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les dará a ustedes. ¿Por qué te pones a mirar la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no te fijas en el tronco que tú tienes en el tuyo?”. El problema va más allá cuando hablamos mal de los otros juzgándolos a ellos y la pregunta con esto es, ¿nos hace mejores que ellos el juzgarlo