Colgué porque ya podía ver sus siluetas a lo lejos y me embargó una felicidad inmensa que contrastaba con la pequeñez de sus tallas. Abrí mis brazos y, como un imán poderosísimo, Lucas corrió a mis brazos con la más grande sonrisa y con los hoyuelos más profundos que me llevaban casi hasta su corazón. Luego un abrazo y un beso y otro abrazo y otro beso, y luego la mamá divina me besa también... Algunos se atreven a decir que no existe Dios pero, simplemente al verme tan lleno de bendiciones todos los días, sería imposible creer que no existe ese poder increíble de amor que es Jesús en nuestras vidas. Que sigan creyendo lo que quieran pero sólo les digo que se pierden una sensación inimaginable que sólo el amor infinito de Dios me da y, simplemente con un abrazo de las dos personas más importantes en mi vida, siento que Él también me abrazo y me besa. Y lo mejor de todo, me abraza y me besa mucho más en los momentos difíciles. Ese es el Dios que habita en mí; ese es el único Dios v