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Mostrando las entradas de agosto, 2011

Cielo o infierno...

Esta semana ha sido de contrastes. Por un lado, una persona que trabajaba en la iglesia hace unos años tocando en la banda, me invitó a una reunión de ateos, agnósticos, humanistas, escépticos, entre otros. Por el otro lado, veo a Lucas, mi bebé de 17 meses con las manos arriba mientras cantábamos en la iglesia y, mientras hacía eso, sin una sola palabra, porque todavía no habla, invitó a otros niños a ir al frente con él mientras seguía adorando a Dios. Entre estos dos líderes, ¿cuál escogeríamos? Uno está haciendo las cosas de satán descarriando ovejas… el otro, con la gracia de Dios y su amor infinito, está guiando a los inocentes hasta Jesús. Uno está fomentando el odio, lleno de palabras oscuras y escondido en la ciencia (como si la ciencia fuera en contra de Dios)… el otro, sin decir ni una sola palabra, apunta en la dirección correcta: hacia Dios, con la frente en alto y en alabanza siempre. Aquí estamos viendo los dos caminos, porque a pesar de que algunos todavía crean que po

Incluso en Somalia...

Muchas cosas han pasado estas últimas semanas que me han puesto a pensar… Claro que mientras más pienso, más convencido estoy de que (bien usado el “de que”) mi fe no tiene fin y se hace más fuerte cada vez. La primera cosa es el cuestionamiento de un versículo por parte de alguien que conozco. El versículo está en 1 corintios 12:7: “Dios da a cada uno alguna prueba de la presencia del Espíritu, para provecho de todos.” Y el comentario fue: “¿También en Somalia?” y mi respuesta por supuesto fue: “Sí, también en Somalia”. Después de algunos versículos y comentarios de ida y vuelta, me di cuenta de que hablar de Dios a quien no cree en Él o a quien lo culpa de las cosas malas que pasan, es un poco como perder el tiempo; sobre todo si se habla en “Cristiano”. (Ya veremos eso de hablar “Cristiano”). Para un cristiano es fácil saber que la culpa de lo malo que pasa no es de Dios sino del pecado del que estamos rodeados, el pecado del mundo, y todo empezó por una berraca manzanita, un hombre